México es el centro de origen del maíz, es uno de los tres principales granos con mayor producción, actualmente este cultivo sufre con muchos problemas sociales, culturales, económicos, políticos, ecológicos y todo agrupado para este sencillo vegetal.
El maíz tiene gran diversidad que en cada Estado de la Republica cuenta con una que está adaptada a las condiciones climáticas locales, desde la Revolución Verde se ha practicado una agricultura llena de químicos que en un principio solo buscaba grandes rendimientos, pero que nunca midió las terribles consecuencias que esto traería consigo.
La siembra del maíz es motivo de felicidad y cultura para el campesino, son felices observando como el fruto de su esfuerzo se ve reflejado en la salud y producción de su milpa, con celebraciones, ritos y danza agradecidos por su buena cosecha. Pese a los terribles cambios climáticos, esas sequias tan largas, no hay mejor semilla que las locales aquellas que son heredadas y conservadas desde hace siglos para lograr enfrentar esas adversidades.
Hoy en día el campo sufre abandono, la migración se hace más común ya que el campesino sale en busca de mejores oportunidades, la política en México es terrible pese a la corrupción y a la falta de ayuda técnica al campo. El gobierno solo brinda apoyo con paquetes tecnológicos inútiles en una situación tan drástica como la que hoy se vive en el mundo, el calentamiento global.
Empresas como Monsanto que solo buscan apropiarse y controlar la naturaleza de una manera irracional, no mide sus consecuencias ni el daño a los campesinos ni a la propia vida humana. El gobierno vende la patria para darse vida sin importar las consecuencias, se apoya a los campesinos con semillas transgénicas producidas por Monsanto. Este tipo de semillas no son aptas para tolerar sequias, pedregosidad, poco suelo entre otras, en contraste a las nativas que ya están adaptadas y a producir ante esa situación.
Muchos estudios han demostrado que las semillas mejoradas no compiten con una nativa por muchas razones, entre ellas que no deja semillas viables y que requiere muchos insumos tecnológicos para obtener buen rendimiento.
La semilla del maíz es la herencia que debe permanecer por siempre, porque el maíz es más que una planta, es el fruto del esfuerzo por conservarla desde la prehistoria no se puede perder y menos por la falta de amor a la propia vida humana.